Los perros no pueden decirnos con palabras cuándo algo anda mal, por eso es esencial estar atentos a las señales que indican que pueden estar enfermos o sintiéndose mal. A continuación, te presentamos las señales más comunes que indican que tu perro necesita una visita al veterinario.
Lo primero que hay que fijarse es en los cambios en el apetito. Si tu perro deja de comer o beber repentinamente, o por el contrario, bebe y orina en exceso, puede ser una señal de problemas renales, diabetes u otros trastornos. También debes estar alerta si muestra vómitos frecuentes o dificultad para tragar.
Es recomendable fijarse si los problemas digestivos son persistentes. Diarrea, vómitos continuos, estreñimiento o gases muy frecuentes no deben ignorarse, sobre todo si duran más de 24 horas. Estos síntomas pueden estar relacionados con infecciones, parásitos, intoxicaciones o enfermedades digestivas.
Otro cambio visible es en su estado físico. Un perro que solía ser activo y de repente se muestra decaído o se aísla, puede estar experimentando dolor o malestar. Del mismo modo, un aumento repentino de agresividad o ansiedad sin causa aparente también puede estar relacionado con alguna dolencia física.
Si tu perro cojea, evita subir escaleras o se levanta con dificultad, podría tener una lesión o problemas musculares. No esperes a que “se le pase solo”, ya que el dolor puede agravarse.
Si ves que tu perro tiene tos, estornudos o dificultad para respirar, llévalo al veterinario. Estos síntomas, en especial si son persistentes o se presentan con fatiga o sonidos inusuales al respirar, pueden indicar infecciones respiratorias, alergias o problemas más serios.
En resumen, conocer el comportamiento normal de tu perro te ayudará a detectar más fácilmente cualquier señal de alarma. Si notas algo fuera de lo común, no dudes en consultar con tu veterinario. Tu perro depende de ti para cuidar su salud. ¡Escúchalo con atención!